sábado, 3 de octubre de 2020

UN DESPROPÇOSITO Y UNA CALAMIDAD

 Los madrileños asumimos las restricciones impuestas por la orden ministerial del Ministro Illa, pero con estupor y confusión, en una ciudad donde reina el caos, con tanta medida contradictoria e incoherente. Unas limitaciones que no sirven para nada, excepto para perjudicar la economía del comercio y hostelería. Ahora me puedo mover por Madrid de un barrio a otro independiente de la tasa de contagios. Ayer no. Kafkiano oye. . Al día de hoy hay mas libertad de movimientos entre barrios que ayer, en una ciudad donde no se establece ningún control en los aeropuertos, ni en las estaciones de RENFE y autobuses, además se permite la llegada de turistas sin que se hagan los test serológicos preceptivos ante una pandemia.  Se supone que ayer Viernes salieron mas 1 millón de madrileños  para sus segundas residencias.

Por otro lado no esta claro que la medida sea legal ya que establece limitaciones a los derechos fundamentales recogidos en nuestra Constitucion. De hecho las multas impuestas carecen de base legal y aunque te lleguen al domicilio ya hay un recurso estándar para recurrirlas, antes de proceder a ningún pago.

¿Alguien entiende esta chapuza de gestión? Lo único que consiguen es frenar en seco la actividad comercial que para Madrid supone una pérdida  de 4.000 millones de euros, y 18.000 empleos que se pierden cada semana, que solo serían asumibles si sirvieran para contener la propagación del jodido virus. Lo que si es seguro es que de seguir así todos los ERTE en Madrid, se convertirán en ERES definitivamente. En fin, todo un despropósito y una calamidad.

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