domingo, 11 de marzo de 2018

CUANDO LA POESÍA NO LLEGA A NADIE

        Ayer comentaba yo a un buen amigo en Twitter que no me atraía la poesía actual y me dijo que tal vez no tuviese el nivel intelectual necesario para comprenderla, a lo que conteste que yo prefiero lo cercano, lo humano lo que llega al corazón y tiene sentido para mi. Dicho esto cualquier alma sensible no deja de sentir pasión por la poesía subjetiva, al igual que por aquellos cuadros de tantos famosos pintores. La poesía deja de tener interés cuando se vuelve abstracta, mística o trascendental al igual que los cuadros del postmodernismo que  los miras y no te dicen nada. La bella ambigüedad de la poesía pierde su grandeza cuando no comunica con el sentir de los que la leen, porque la poesía como todo arte busca comunicar. Cuando esa poesía se refugia en lo abstracto o en lo místico, rayando el absurdo, no llega a los lectores y pierde su fuerza artística porque pierde el subjetivismo. Solo el poeta que involucra con audacia un simbolismo y refuerza su significado llega al lector. Recuerdo a los grandes poetas (Machado, Lorca, J.R. Jiménez, Miguel Hernández) que hacían vibrar el alma de todos lo que los leían, porque reflejaba situaciones o momentos históricos  y auténticos. Bien es cierto que el poeta aunque suele vivir en un remanso de paz, en la gran mayoría rezuman tristeza, refugiándose en la elegía poética (cierta forma de ensoñación) como una forma de quejarse, porque siente como a su alrededor se ciernen hechos y situaciones que le hacen retraerse en si mismo y ahondar en cierto  pesimismo que le invade de cierta amargura,  refugiándose en el camino lírico filosófico, dando sentido a su vida en la utopía. Y sentido tendría cuando la expresión de la poesía refleja el sentir humano, sus avatares  y acontecimientos del momento que se vive. Cuando la poesía se pierde en conceptos abstractos, a veces sin sentido, no llega a nadie, excepto a esas mentes brillantes de un alto nivel intelectual donde lo humano trasciende a lo espiritual o metafísico, pero en los tiempos que vivimos, esa concepción y percepción de las cosas no es del común de los mortales y se supone que la poesía debe llegar a todos, sobre todo al pueblo.

lunes, 19 de febrero de 2018

ME REPUGNAN LOS PELOTAS Y LAMECULOS

Hay dos aspectos de las personas que desprecio profundamente: la cobardía y el servilismo, pero sobre todo esta última porque lleva implícita a la primera. Aunque hoy día es muy difícil encontrar el éxito a través del trabajo honrado, la integridad y la nobleza, es mucho mas loable que hacerlo a través del peloteo o el típico lameculos. Ser leal al jefe que te explota, te humilla y te pisotea es de seres cobardes, miserables y ruines y yo he visto tantas veces esto que ya no me sorprende, pero si, cuando quien lo hace es alguien cercano a ti. Lo mas triste es que un lameculos a veces no busca el beneficio propio con su servil actitud, sino cuando disfruta con el perjuicio que con su actitud causa a los demás. Estos son las mas miserables y por los que siento un profundo desprecio. No me cabe en la cabeza que alguien se degrade hasta tal extremo y pierda la dignidad, por sentirse alguien al lado del cacique, el patrón o el rico del pueblo. Recuerdo a uno que incluso hacía horas extras gratis por alagar al jefe. De vez en cuando con alguien así te topas en el trabajo, unas veces porque te renueven el contrato, otras por medrar y alguna vez por puro servilismo, (y por desgracia estos suelen triunfar mas que los que hacen bien su trabajo), pero que ocurra también a nivel social  entre conocidos o parientes, me repugna. Yo he visto como a alguien le trataban como a un perro, diciendo todo tipo de pestes de el mismo y de su familia, (prueba del mas absoluto desprecio) y ver a esta persona hacer la pelota y lamer el culo a quien le estaba vejando y denigrando. Y porque me repugnó esa actitud, hoy escribo esto. El que se de por aludido sabrá porque no merece que se le tenga aprecio ni consideración alguna.