EL DERECHO DE LAS GENTES BAJO EL PRISMA
MORAL
Cuando
el mundo está abandonado a la fuerza, a la mentira, a la astucia, al odio, al
materialismo, al fraude y a la intriga, es porque la inteligencia, ha sido
cultivada sin el control de la conciencia, la moral, el deber y la justicia.
Cuando
en la sociedad priman los intereses de consumo y supervivencia, sin un guía y
control, se abandona el rumbo y es inevitable la catástrofe.
El
armazón de los Estados se afianza cuando sus intereses están configurados
sobre una idea comunal o nacional. La sociedad industrializada, basada en un
neoliberalismo absorbente, ha capitalizado y deshumanizado el mundo y, ha
convertido a la civilización en una flor de ponzoñosa belleza, en trance de
envenenarse por asfixia, agotamiento, desilusión y asco.
Porque
no es posible una convivencia del género humano, ni de naciones, sin una
coexistencia moral y social. Debemos asumir que cuando se tiene un derecho, es
que hay un deber que cumplir y, ese deber debe ser el freno de la conciencia,
porque sin deber, no hay moral ni derecho.
Cuando nuestros esfuerzos, grandes o pequeños, no ponen su inteligencia
al servicio de la moral y la conciencia, toda nuestra fuerza será desviada
hacia el lado negativo, porque no hay nada en la vida que bien o mal
ajustado no repercuta en bien o mal del individuo, de la sociedad o la
humanidad entera, por eso, todo Estado que pretenda una sociedad donde primen
el progreso, el bienestar y la paz, debe tener como normas invariables:
1ª.-
Como bien intocable "LA JUSTICIA" y como bien supremo "LA LIBERTAD".
2ª.-
Como aliados "LA IGUALDAD" y, la "PROTECCION SOCIAL"
3ª.-
Como arma "LA PERSUASION" y, el "BUEN EJEMPLO"
4ª.-
Como miras "EL PERFECCIONAMIENTO CONSTANTE" y el " PROGRESO"
5ª.-
Como tendencia "EL CONOCIMIENTO, LA VERDAD Y LA SUPERACIÓN"
6ª.- Y como frutos mediante la solidaridad y el esfuerzo :
"EL
ALEJAMIENTO CONSTANTE DEL SUFRIMIENTO, EL DOLOR Y LA MUERTE.
El actual momento por el que atraviesa la sociedad y las instituciones
políticas, in un ideal, sin valores ni principios, exigen un regeneración tanto
a nivel social, político y moral, si queremos construir un mundo mas
civilizado, mas solidario, mas coherente, mas justo.
O nos elevamos por encima de tanto materialismo, egoísmo y vanidad, o descendemos hacia las etapas de enfrentamiento, violencia y primeros instintos, relegandones a los estadios propios de la selva, algo indigno del ser humano civilizado e inteligente.
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