NOCHE DE CRISTALES ROTOS EN EL
CIBERESPACIO
Hace tiempo ya, ocurrió un episodio
parecido, en un desafortunado incidente en las redes sociales, mas casual que
intencionado, en relación con una señorita (estudiante en Salamanca), en el
que de forma pasional y vehemente se
cruzaron palabras y mensajes impropios de seres civilizados, donde la euforia, la falta de educación y civismo y
como no, la inquina, el resquemor, envidia y la maldad, estuvieron a punto de
provocar enfrentamientos, que al final fueron evitados por los pelos.
Hoy ha vuelto a resurgir ese cruce de palabras cargadas de amenazas y
violencia, palabras donde a modo de venganza gitana, sale a relucir un proceder que de forma solapada esconde,
cuchillos, pistolas y navajas.
Y es que el antagonismo que surge de
los planteamientos radicales, siempre conduce a comportamientos que rayan el
límite de lo cívico y democrático, muy frágiles, y con tintes dramáticos,
cuando no trágicos.
Viene esta reflexión a raíz de
ciertos acontecimientos surgidos en la red, acontecimientos que han estado a
punto de colocar en el abismo a personas que llevándose siempre bien, han
rozado la tragedia.
Ese escenario,
teatro del cotilleo, enfangado en una
idiosincrasia, donde los cuentos, los infundios, las habladurías, y las
murmuraciones, son el quehacer de cada día (de un grupillo determinado y ya identificado), muchas veces, producto
de la mala fe, el resentimiento, el rencor, la envidia, y el odio a la inteligencia,
muestra la intolerancia, de un grupo de personajes que se confabuló en torno a esta
señorita, generando un agravio que todavía no se ha reparado a pesar de mi
buena voluntad por restablecer las buenas relaciones y el clima de
entendimiento, por lo que no puedo mas que mostrar estupor, asombro y
desconcierto, máxime cuando las personas que rodean a este grupillo, se han
solidarizado con las mismas en aras, (lamentablemente) de los infundios, cuentos, habladurías y murmuraciones que en muchas ocasiones han rayado la calumnia y la injuria.
Pero sí, hubo una responsable, la que estaba obligada a frenar y sujetar las bridas de los caballos que ella manejaba a su antojo y que por negligencia, complacencia y vanidad, dejó que se desbocaran. A ella culpo
Pero sí, hubo una responsable, la que estaba obligada a frenar y sujetar las bridas de los caballos que ella manejaba a su antojo y que por negligencia, complacencia y vanidad, dejó que se desbocaran. A ella culpo
Y es de lamentar que precisamente el origen de esta idiosincrasia haya partido de gente muy bien formada(Universitarios la mayoría), que han demostrado ser unos genios muy borricos.
Es cierto que hay normas que no se
deben transgredir, si nos atenemos a lo que se cuenta, pero esto no debe ser
óbice para solventar violentamente el antagonismo surgido. Nadie debe resignarse a ser víctima,
pero si para ello tiene que transgredir las más elementales normas de civismo,
respeto y educación, nos abocaremos a un enfrentamiento seguro, de
consecuencias imprevisibles.
La defensa ante una agresión sufrida,
ya sea física o en las redes sociales es justa, pero siempre realizada bajo
unas normas de ética, información y autenticidad y nadie, digo nadie, debe
juzgar sin conocimiento de causa y mucho menos tomarse la justicia por su mano,
con amenazas o hechos violentos, o nos habituaremos al horror de las tragedias
griegas.
Es cierto en que hay veces en que los
valores y normas cívicas no pueden respetarse del todo, cuando se trata de
impedir un daño o mal, realizando acciones de intimidación ó castigo; lo malo
de esto es que convirtamos nuestra acción en un método que se encuadre en unos
parámetros humanos ya hace tiempo superados por la evolución, porque habremos
regresado a una condición acorde con aquella sociedad de las cavernas donde
todo acto de violencia estaba justificado.
Y no tengo mas remedio que oponerme a
esa dialéctica con tintes violentos que
nos conduce de nuevo a la selva, alejándonos del mundo civilizado al que
tanto nos ha costado llegar, hasta el punto de perder toda humanidad, para
convertirnos en fieras.
Las guerras solo han provocado daños y
males que solo se evitan con el diálogo, el entendimiento y la paz. Empezar un
diálogo, con insultos, amenazas y violencias, no traerá ninguna solución buena,
sino angustia, sufrimiento, pesar y tragedia. La esencia de un comportamiento cívico
y ejemplar, es afrontar los problemas, con unas determinadas reglas, asentadas
en la ética, la autenticidad y las buenas formas.
Siempre por supuesto con una gran
dosis de reflexión, respeto, moderación, humanidad y templanza, sin duda la
mejor fórmula para evitar que comportamientos viscerales, se conviertan en
sucesos dramáticos, que todos podríamos lamentar
"ES
NUESTRA RESPONSABILIDAD IMPEDIR QUE LA NOCHE DE CRISTALES ROTOS, SE TRANSFORME
EN LA NOCHE DE CUCHILLOS LARGOS"
* Este espacio de hoy va dirigido a aquel grupillo que se enfango en el lodazal de las habladurías maliciosas y malintencionadas, convirtiendo las mismas en infundios, e insultos, que rayaron en el límite de la difamación la calumnias y la injuria.
* Este espacio de hoy va dirigido a aquel grupillo que se enfango en el lodazal de las habladurías maliciosas y malintencionadas, convirtiendo las mismas en infundios, e insultos, que rayaron en el límite de la difamación la calumnias y la injuria.
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